Resulta que una vez hace muuucho mucho tiempo había dos tejedoras que vieron esta chaqueta y como no tenían nada mejor que hacer se decidieron a intentar fusilarla… Dos años después por fin tengo la chaqueta terminada, pero no tiene nada que ver con lo que yo quería en un principio, qué se le va a hacer.

Tejer con un color en cada mano mola, como había aprendido a tejer en continental no me costó mucho usar las dos manos a la vez… da como sensación de omnipotencia XD
Tuve montones de problemas con esta chaqueta; Intenté hacer las mangas normales pero me eternizaba y cambié al rollo kimono. Luego cuando terminé de tejer y me dispuse a hacer el steek, descubrí varias cosas: que es mejor hacerlo a mano y evitar la máquina de coser porque queda super tieso, y que al probar la pieza sube mucho y es difícil calcular por donde te va a llegar realmente… es por eso que es tan larga. Yo creía que me iba a llegar justo bajo el culo… tejer pa ná.

Cuando por fin corté el tejido y me lo probé casi me da un telele… Entre eso y que el steek no estaba nada seguro, se le estaba poniendo una cara de cojín… si no fuera por las leriantas ahí se hubiera quedado, pero me animaron a seguir (sagerá ereeees, tiiaaaaa!!) y le metí un borde super ancho para ver si conseguía que me cerrase y unas vueltas acortadas en el cuello para que doblase un poquito. Para la próxima vez tengo que acordarme de hacerlas mucho más amplias.

Lo cerré todo en i-cord (cor-dón para los amigos), porque si, porque me gusta el acabado. Dudo mucho que vuelva a hacer algo en steek, más que nada porque cuando te cansas de la prenda no la puedes deshacer , al estar cortado solo obtendrías cientos de hilitos.

Le puse un cierre que tenía por casa, no me convence demasiado, pero llegados a este punto lo que quería era terminarla de una vez por todas.

Total, dos años después acabo con una chaqueta/batamanta/kimono raro inspirado en los mosaicos marroquís hecha con técnicas escandinavas… da calorcito, oiga 😉
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...